Clase magistral de Efraín Villamor

Ayer hemos tenido el honor de recibir a un "aspaldiko" o viejo amigo, Efraín Villamor. Él vive en Yamaguchi, Japón, pero ha venido de visita este mes para reencontrarse con familia, amigos… ¡os aseguro que tiene una agenda apretadísima! A pesar de todo, ha encontrado un hueco para saludarnos y darnos una clase.

Y qué clase. Yo diría que magistral. No todos los días tenemos la oportunidad de recibir en Pamplona a alguien que ha estado directamente entrenando en la Universidad de Yamaguchi y con la Policía de Yamaguchi.

Hemos empezado a hacer una sesión de kata con mucho detalle, y Efra ha hecho especial hincapié en la concentración y la relajación. Es difícil, ¿verdad? Pero como Efra bien ha dicho, hay que aprovechar los ejercicios de kata para esto.

Quiero resaltar alguna indicación que nos ha dado para la práctica de kata: en el papel de uchidachi o atacante, debemos ser muy conscientes de si el compañero que recibe, o shidachi, está en condiciones de recibir ese ataque. Además, ha explicado con mucha claridad detalles sobre etiqueta que a menudo pasamos por alto.

Personalmente, me ha gustado mucho el aplomo y la fortaleza de centro que tiene Efra durante la kata. Era algo que ya admiraba de él hace años, pero al verle hoy me ha hecho decirme a mí mismo que "es el mismo pero es diferente". Todos tenemos nuestro Kendo personal, que puede ser reconocido. Pero después de estar tanto tiempo sin ver a alguien, sorprende cuanto menos. Por eso tuve ese pensamiento.

Explicación de quinta kata. Quedan bonitos los caracteres del zekken de Efraín.

Para explicar kata más avanzada, nos dividimos por grupos. Los yudansha estuvieron con Efraín.

Saludo para kata con kodachi.

Zanshin para la primera kata de kodachi.

En todo momento, Efraín fue muy ameno y muy atento, y sus explicaciones servían a todos los niveles.

Tras la kata, nos pusimos el do y calentamos:

A ponerse el do.

A calentar, que son dos días.

Y suburi, que no falte.

Y luego, a ponerse el men:

A prepararse, mis valientes.

Lo primero que hicimos fue kirikaeshi. Lo hicimos de tal forma que el shinai del motodachi (el que recibe) estuviera en el centro, sin moverse. De esta forma, el kakarite, el atacante se centra en atacar a men por el lateral sin despistarse por culpa del shinai del compañero. Qué curioso, era algo que justo había leído esta semana que hacen en Japón, ¡y nos lo enseña Efra!

Después hicimos kihon, técnica básica. Otra de las cosas que recordaba de Efra era su potente te-no-uchi… ¡pues ahora tiene más, menudo fenómeno! Como algo poco habitual, se incluyó al "temario" el ataque tsuki, que es generalmente poco practicado. Lo difícil que es mantener las manos firmes pero relajadas al mismo tiempo para no errar "la diana", ¿verdad? Me ha gustado la firmeza con la que lo realiza Efra.

Explicación de ataque a men lateral para kirikaeshi.

Panorama de la clase.

Práctica de do.

Tras el kihon, hicimos una parada técnica para cambiar de lugar. Ahí realizamos los combates para finalizar la clase.

Combate entre Patricio y Javi Armendáriz.

Combate entre Eleazar y Patricio.

Combate entre Aníbal y Efra.

Combate entre Javi Armendáriz y Xabi. ¡Pero qué cabriolas hago! Mal, mal...

¡Ah, no soy el único! Combate entre Eleazar y Javi Armendáriz.

Combate entre Xabi y Efra.

Sólo pude hacer un combate con Efra. ¡Estaba solicitado, con razón! Desde el primer momento, su presión era evidente. Todo esto que he comentado de aplomo, centro… eran más que evidentes en el combate. He disfrutado mucho con el "reencuentro kendístico" con Efra.

Y para terminar, ¡fila!

Mokusoooo! 

Y por último las fotos de grupo. Atentos a la evolución:

¡Qué navarros más formales!

¡Qué navarros más japonizados!

¡Que no, que me he equivocado, son Vikingos y se lo llevan en volandas!

Para terminar, sólo quiero daros las gracias a todos los que habéis venido. Sin todos los que se han levantado prontito un domingo, no hubiéramos hecho nada. Aprovechad lo que nos han enseñado en esta clase, traído directamente desde Japón.

MUCHÍSIMAS gracias a Efra por encontrar un hueco y dedicarnos tiempo a detallar tantísimas cosas durante la clase.

Por último, quiero hacer un agradecimiento especial a Raúl Riesco, el excelente fotógrafo.

De nuevo, ¡muchas gracias a todos, ahora nos toca devolver la visita a Yamaguchi!