miércoles, 21 de agosto de 2013

Kendo por España: Eleazar en Estepona

Reconozco que cuando Javi me dijo de hacer kendo en Estepona, intenté que mi cara no reflejara la negación profunda que sentía. ¿Kendo de vacaciones? ¿Pero estamos locos? Ah, ¡huyamos!, y todas esas cosas que se piensan de alguien que disfruta mucho con sus hobbies. Luego le estuve dando algunas vueltas. Había estado en unos pocos dojos y cursos, pero tenía ganas de conocer gente nueva y comparar clubes (ejercicios, estilo, ambiente…). Al final me convenció, y cuando quise darme cuenta estaba con el bogu a cuestas por Sabinillas. Llegamos a eso de medianoche y al día siguiente teníamos el primer entrenamiento.

Desayunando bien, no vaya a ser que estos andaluces nos dejen hechos polvo
Por la mañana, desayunando pantumaca y cola cao, me mentalicé de que probablemente no habría aire acondicionado, ni siquiera un poco de viento en cualquiera de sus versiones. Cerca del polideportivo de El Carmen comprendí que íbamos a sudar como cerdos… y de repente no me importó. Me sentía un poco embajadora de Shindokai en tierras del sur.

Como toda kendoka, lo primero que hice fue descalzarme y dejar que mis pies se acomodaran al suelo. La tarima era un poco ilusión óptica (porque no había pero parecía que sí); en vez de deslizarme, parecía que tenía Loctite en la planta de los pies. El sudor me pegaba todavía más, ¡pero qué remedio! El modo kendoka te hace más dura, así que pensé que no estaría tan mal, y realmente no habría sufrido tanto de no llevar el pie en carne viva por un entrenamiento anterior. Tuve que dejarlo al poco de empezar y me armé con un tabi para continuar, igual que los demás días.

El ambiente en Shion fue fantástico. Los sábados hacen entrenamientos conjuntos Málaga y Estepona. Justo ese estuvimos más bien pocos, pero los más valientes, y sudamos igual que si hubiéramos sido cien. Primero hicimos kihon. Después Fernando decidió que hacer unas piscinas de kirikaeshi (es decir, ir hasta el final de la sala y volver) parecía un ejercicio interesante. Juraría que Javi yo cruzamos miradas indescriptibles, pero sobrevivimos. Al final, mawarigeiko. Ambos nos quedamos fijos en la fila para que los demás pudieran hacer con nosotros. Aquí tengo sentimientos encontrados: fue duro darlo todo con cada uno de los compañeros porque el calor y el cansancio hacían mella conforme pasaba el tiempo, pero también me sentía extrañamente animada y fuerte. No fuerte en el sentido de no cansarme, sino con ganas de dar el máximo y disfrutar de los combates.

Pero Estepona no era todo kendo: las calles eran muy hermosas y coloridas ♥
El entrenamiento del martes estuvo dedicado a las katas y a repasar desplazamiento y fumikomi. Las clases básicas me encantan, sobre todo porque muchas veces nos centramos en la velocidad, en las técnicas, en “voy a hacer esto y os vais a cagar” pero dejamos atrás lo fundamental, que es saber moverse, sujetar correctamente el shinai, no perder de vista al enemigo… Cosas que tenemos tan automatizadas que podrían perder el sentido si no las seguimos trabajando. Y para el jueves ya nos estaban preparando. No haríamos kendo, sino “sudor”. Con el calor, que parecía el fuego del averno, fuimos hamburguesas a la parrilla

¿Lo mejor? El kendo en andaluz. ¡Qué acento tan divertido! Gracias a Moisés nunca olvidaré mi primera vez con las katas de kodachi. Imaginaos la escena: Moi explicándome qué guardia tenía que poner en la segunda kata. “Te pones en gedan como diciendo ‘a ver qué pasa aquí’ y yo contesto bajando el kodachi un poco, en plan ‘poh mira lo que pasa, guapo’”. Me partía. Entre eso, la alegría andaluza (que no desmerece el carácter didáctico de las clases) y lo visual de las explicaciones, salí muy contenta de Shion. Me haría mucha ilusión verles en el curso de Vitoria y no me arrepiento en absoluto de haber vencido la pereza.

¿Lo peor? La foto de después de entrenar. Pero a quién se le ocurre. Podríamos haber cambiado mi cara por un tomate y nadie notaría la diferencia, ni siquiera yo (y también qué odisea para sacar una foto y que se vea bien, ozú).

1 comentario:

  1. ¡Me ha encantado la entrada! Veo que vais aprendiendo de mis desayunos... :p

    ResponderEliminar